Cómo empezó todo
Cuando somos niños, todos queremos hacer grandes cosas, como cambiar el mundo y explorar territorios desconocidos; soñamos con objetivos tan grandes como la paz mundial y valoramos a nuestros compañeros, amigos y familia por encima de cualquier otra cosa.
El Movimiento Free Conversations fue creado en 2017 por Adrià Ballester. Fue un día jueves a principios de verano cuando Adrià, después de un mal día en el trabajo, decidió dar un paseo por la bonita ciudad de Barcelona. Después de varias horas caminando, llegó a la cima del monte para contemplar la silueta de Barcelona.
Hacía frío y había niebla porque ya era de noche. Entonces, vió a un hombre mayor de unos 80 años que también estaba disfrutando de las vistas de la ciudad.
Algunos minutos más tarde, Adrià y Ramón entablaron una conversación que duró unas 30 minutos.
En ese momento, Adrià se dio cuenta de que Ramón tenía mucha razón. Al final, Ramón concluyó “Cuando cumplas 80 años, todos aquellos problemas aparentemente enormes van a parecer tan pequeños,” y se fue.
Desde entonces, Adrià se dio cuenta de la necesidad de hablar con personas que tienen otro punto de vista. Decidió ofrecer conversaciones gratis en el centro de la ciudad una vez a la semana.
El objetivo era crear un espacio seguro en la ciudad de Barcelona donde la gente podría venir y hablar siempre que lo necesitara o deseara. Además, también quería ofrecer al público un lugar donde las personas se podrían expresar libremente sin miedo a ser juzgadas.
Tres años más tarde, Adrià ha tenido más de 1.400 conversaciones con personas con puntos de vista muy diferentes. Adrià ha vivido momentos de tristeza, alegría, y de todas las emociones en estas dos sillas, pero, al fin y al cabo, ha aprendido mucho de estas conversaciones.
Lo más bonito han sido las muestras de afecto de las personas. Desde que el movimiento empezó, no hemos parado de recibir mensajes de apoyo. Fue gracias a este apoyo que Adrià ha decidido buscar apoyo internacional con la meta de que haya espacios en todas las ciudades donde las personas se puedan expresar tranquila y libremente, sabiendo que nadie las va a juzgar.
